Trastorno obsesivo compulsivo
Ese pensamiento inquietante, esa idea absurda, no puedo dejar de sentirme angustiado, temo que suceda lo que pienso, temo que yo pueda llegar a hacer eso…
Tengo que comprobarlo todo una y otra vez…
No puedo coger el coche porque puedo atropellar a alguien…
He de lavarme las manos porque podría estar contaminándome…
Debo limpiarlo todo constantemente…
No puedo soportar que no esté todo en su sitio…
No consigo terminar las cosas, nunca están suficientemente bien…
SABEMOS QUÉ TE SUCEDE
Cuanto más intentas controlar tus pensamientos, más te vienen
Cuanto más actúas para controlar las cosas, más te angustias y más pensamientos surgen.
PODEMOS AYUDARTE
¿Estás enredado en una conducta obsesiva y quizá compulsiva?
Habremos de deshacer el enredo, te explicaremos cómo funciona y te enseñaremos cómo actuar alternativamente para que dejes ese circuito recurrente,…
PARA QUE DEJES DE SUFRIR, PARA QUE RECUPERES TUS OBJETIVOS DE VIDA
En el trastorno obsesivo compulsivo la persona experimenta ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de forma persistente, que considera intrusas o inapropiadas. Frecuentemente son ideas que en algún momento reconoce como exageradas o irracionales, del tipo contaminación, (contraer una enfermedad por el mero contacto al dar la mano), DUDAS REPETITIVAS (dudar si ha cerrado la puerta del hogar, preguntarse si ha atropellado a alguien con el coche,…), Disponer las cosas en un orden determinado (colocar los objetos, vestirse siempre por un mismo orden inamovible,…), IMPULSOS AGRESIVOS (herir a un ser querido, empujar a alguien en el metro, hacerse daño uno mismo,…), FANTASÍAS SEXUALES (una imagen pornográfica recurrente, temer querer tener sexo con animales,…).
Ante estas imágenes, pensamientos o impulsos, la persona intenta ignorar o suprimirlos o neutralizarlos mediante otras ideas o acciones que se vuelven recurrentes y se constituyen en compulsiones: lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones, contar o repetir palabras en silencio, etc.
Todo ello comporta un malestar grande, una perdida de tiempo o interfieren en la vida de la persona, en su vida laboral y familiar.
EN EL TRATAMIENTO, la persona afectada ha entender el problema, como se inicia y especialmente como se mantiene. Su actitud ha de ser colaborativa porque requiere una participación decidida.
A veces a las personas les cuesta reconocer sus dificultades con ese tipo de comportamientos compulsivos incluso cuando en su entorno se lo esten diciendo. Conviene apoyarles y entenderles porque no es algo voluntario y permitir que poco a poco vayan abriendose a la posibilidad de iniciar tratamiento.
La intervención va a consistir en la exposición a los diversos estímulos y situaciones que desencadenan los pensamientos intrusivos, con la prevención de la respuesta compulsiva. Esto es, realizar un acercamiento progresivo y planificado a las situaciones disparadoras, pero impidiendo que se den los comportamientos neutralizantes que supuestamente alivian la ansiedad producida por esos pensamientos. Para ello previamente se habrá entrenado con técnicas de relajación y otras que le faciliten a la persona el afrontamiento de esa angustia que se le genera, de forma que le sea realmente posible ejecutar los ensayos exitosamente.
En todo el proceso es muy importante la colaboración de la familia, que ha de entenderlo conjuntamente con la persona afectada. Su actitud ha de ser de apoyo pero observando las indicaciones terapéuticas para no reforzar las conductas de reaseguración que pueden manejar con preguntas insistentes, buscando una seguridad que puede resultar a su vez compulsiva. Por eso el trabajo terapéutico con la familia resulta de suma utilidad.
Poco a poco la persona va recuperando el bienestar, elimina sus sentimientos de culpabilidad y de incapacidad de manejar sus síntomas y recupera la normalidad y la funcionalidad en su vida.